16 feb 2016

Minirreflexión: Nostalgia, agua y corazón

Hércules de Ceuta Autora: Iveta
¡Qué mala es la nostalgia! Anoche salí a pasear y alguno de mis hermanos envió a nuestro grupo de wassap una canción del conjunto  Los Gofiones titulada Gran Canaria.
[...]
Y si tu ausencia está en mí, 
mis ojos se empañan 
cuando me acuerdo de ti 
[...] 
Una roca, un corazón 
con el fuego de la lava, 
y el Atlántico pone canción 
  cuando va a besar tu playa, 
                                                                         mar sangre y roca pasión, 
                                                                         mi querida Gran Canaria.

Soy isleña lo he dicho más de una vez. Anoche sentí una añoranza de océano tan grande, que recordé al poeta de la Generación del 27 , Rafael Alberti en su libro  Marinero en tierra.

Día de amor y de bonanza

Que eres loba de mar y remadora,
Virgen del Carmeny patrona mía,
escrito está en la frente de la aurora,
cuyo manto es el mar de mi bahía.
Que eres mi timonel, que eres la guía
de mi oculta sirena cantadora,
escrito está en la frente de la proa
de mi navío, al sol del mediodía.[..]

¡Véis es fácil encontrar lobos de mar en la tierra! En los isleños o en los peninsulares. Yo me quedé entre dos aguas. Como un Hércules desnortado. El océano Atlántico y el mar Mediterráneo. Bendigo y maldigo mi suerte. Pues, son dos amantes exigentes. Te piden fidelidad absoluta. Pero, ¡si he perdido hasta el acento canario! El océano no acude a mi llamada, y el mar no me reconoce entre sus filas. No echo de menos la tierra, hoy no. Hoy echo de menos el agua. Las olas, el carácter bravío del océano. Perdóname Mediterráneo, tú calmas mi sed pero te faltan burbujas. Soy fiel devota de tu espuma, pero el Atlántico, es otra cosa.

Me siento infiel, dos amores para un solo corazón. Corazón que siente una soledad  infinita como el horizonte. Como nadador intrépido que aspira a tocar esa meta imaginaria, y todos le gritan desde la orilla, que no lo alcanzará. Que el horizonte es una línea ficticia, solo apta para barcos, que van más allá. Ser nadador no es suficiente aunque se tenga corazón naviero.

No, no voy a nadar hasta el horizonte, pero mis ojos se transformarán en gaviotas y volarán tan lejos como el horizonte se deje alcanzar. Un pilla-pilla complicado, lo sé. Atlántico te presento a Mediterráneo es mi nueva cuna. Su arrullo calma mis ansiedades, igual que hiciste tú hasta mis mocedades. Me convertí en gaviota y me fuí a otra costa lejos de tí. Pero, entre oleaje y oleaje os distingo. Sé quién es quién.


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