24 abr 2019

Minirrelato: El camino del mirlo

Mirlo 
El tiempo está revuelto, las energías en desconcierto. Necesito meditar, pero en movimiento. Muchos me dicen que esa meditación es más peligrosa, la mente se puede perder. Es cierto, hay que tomar precauciones, eres tú en busca del objeto que produce la ansiedad. Cavar con uñas y dientes, la paz, se encuentra en el camino.

Antes de salir voy preparada: Música con itinerario, para espabilar, para que la mente no se quede extasiada en el drama interior. Objetivo: Regresar. 

Siento que  mi cuerpo se acompasa a la música en una marcha marcial, centrada en un punto abstracto y en la respiración. Inhala y exhala. Inhala, exhala. El cuello recupera tonicidad y la nueva orden se transmite al resto del cuerpo. Los músculos entran en calor,  estiran y se vuelven elásticos. Subida de endorfinas, me siento invencible, mientras en mi interior se luchan cruentas batallas. Pasado, presente, futuro, ¡Cuidado semáforo, hay que cruzar! Piedra en el suelo. Un mirlo se posa en mitad del camino.

De fondo escucho a mi amiga de nuevo: Meditar es sentarse y observar el interior... Es posible. Pero para mí el cuerpo es templo y también sarcófago. Necesito volver a la vida no recrearme en un mausoleo. Las flores destacan como vayas publicitarias, rivalizan en belleza a los oscuros pensamientos. Miro al cielo gris, no porque vaya a llover, sino porque el ocaso también avanza.  Gracias naturaleza por recordarme que debo fluir. Otro mirlo se posa sobre una vaya metálica, ¿será otro o el mismo?

Silencio, las voces y las imágenes de mi cabeza se han apaciguado, el estilo de marcha me ha hecho andar kilómetros y subir cuestas pronunciadas sin darme cuenta, ni me falta la respiración. Mi cuerpo sudó la adrenalina y agradece el paso más lento. La mente libre de ruido, redescubre la creatividad sepultada bajo toda la ropa sucia. Recordé al mirlo y busqué su significado: "Los que tienen la medicina del mirlo, pueden permanecer en la tierra mientras caminan en el espíritu". Mirlo como animal de poder

19 abr 2019

Minirrelato: El amanecer de las bestias

Hay tareas pendientes que aunque uno las posponga terminan saliendo solas, las saboteemos o no. Hoy es un buen día para resolver los asuntos, aligerar la agenda.

Yamamba, Yama-uba by TYGER
Es Viernes Santo, muertos hay muchos, con nombres y apellidos más o menos ilustres. Subidos a cruces o cargando con ellas. Todos se alejan rápido de este loco mundo.

Dicen que tengo mal despertar, pero creo que es cuando más sincera soy. Cuando no surge ningún amago de agradar al prójimo, con la dulce y hosca mirada de una asesina en serie, depredadora despiadada.  El café es solo una excusa: "Antes de tomarlo no soy persona". ¿Y de verdad te lo crees? Se te perdona la vida mañana tras mañana, hasta que se agota el perfume de tu vida prestada.

Aún me relamo con gusto, este amanecer no tomé prisioneros, ni queda rastro alguno.  Caíste al suelo ignorante aún del  por qué. Miraste a los ojos de la bestia y creíste que iba a ser un día especial,  en vez de caricias, fueron las garras del diablo las que sujetaron tu mentón con la cálida frialdad del que se sabe con la guadaña en la otra mano. Infeliz...


Minirrelato: Al estilo Ennio Morricone

Morricone Xilófono de entrada,  hace imaginar una bailarina, leve y ligera, pero pronto la banda sonora trae intriga al cuadro. El tutú se v...