Hay gente que escribe historias de amor, otras que viven las historias entre saliva y jadeos. Hay gente que lee historias en papel o digital, que observan metros y metros de imágenes en movimiento sobre amores ajenos.
Gente que rasgan las cuerdas de la guitarra o las que se desgarran las cuerdas vocales llenos de gemidos. Hay gente que imagina el amor y otros que follan con amor. Amores tranquilos, amores tortuosos o amores de alquiler. Amores robados a Boccacio. Amores envueltos en papel de celofán, oscuros en profundidad.
Inocencias regaladas. Amores confundidos con apegos o sentimientos desatendidos. ¿Qué se hace con el exceso de amor? ¿Qué se hace con los 14 de febrero repetidos? ¿A dónde van los romeos y las julietas de la industria multicopista? ¿A dónde van los poemas mojados en sudor?
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