En la noche de fin año en el cielo brillaba la luna llena como un sol en la oscuridad, con cada campanada una uva, con cada uva un deseo. Deseos sencillos y alcanzables, pidiendo lo mejor para aquellos que bien nos quieren. Y salud para todos, para los amigos y los que no lo son tanto, pues, la salud es el mejor tesoro que se puede desear. Lo demás es producto del trabajo y el esfuerzo, incluso el amor.
Mientras en Málaga yo hacía estas reflexiones, en Cuba Yoani Sánchez echaba un cubo de agua desde el balcón para: "Que se vaya lo malo, que se vaya". Desde aquí apoyamos a esta gran mujer que lucha por la libertad de expresión y no permite que ninguna espiral de silencio, acalle su voz en un país donde decir lo que se piensa es castigado y etiquetado como disidencia ante el sistema.
En la era de la comunicación hay lugares donde este simple ejercicio es cien veces castrado, hablar, expresar las ideas algo tan fácil y tan difícil.
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