Cuando se nace perro... La vida te trata como un perro. A veces se envidia esta condición, y otras, no tanto - decía el abuelo a su camada de tres nietos.
Los cachorros escuchaban atentos las 'batallitas' del anciano canino. Unas veces eran divertidas. Otras eran una larga letanía de recuerdos repetidos una y otra vez.
Los cachorros escuchaban atentos las 'batallitas' del anciano canino. Unas veces eran divertidas. Otras eran una larga letanía de recuerdos repetidos una y otra vez.
- Que siií abuelo, que somos perros. Estamos orgullosos de ser quienes somos: guapos, limpios y lustrosos.
- Sí, pero eso no es todo cachorros - Corrigió el abuelo al que se miraba mucho al espejo. Siempre colocándose los pelillos del bigote para no perder su buena imagen.
- Abuelo, estamos contentos de ser perros y de nuestra raza. ¿Ves? Llevo el tatuaje que nos define en la piel: "Can Cannis"- contesta raudo el pequeño que ladraba al ritmo de los ladridos perfectos.
- Sí, pero eso no eso todo cachorros- insistía el anciano. Al ver que de los tres había uno que estaba en silencio le pregunta directamente: Y tú, ¿por qué no dices nada?
- Porque soy verde. No ladro bonito, ni tengo un tatuaje que me defina.
- Pero, tendrás algo bueno, ¿no?- insiste el abuelo.
- Sí, que intentando encajar en algún lado, he conocido a perros azules, rojos, amarillos, morados, naranjas, grises, negros, blancos....
- ¿Y qué has aprendido en tu búsqueda?- Insiste el abuelo.
- Que estoy contento de ser perro- Contesta el cachorro. El abuelo sonríe, acaricia a los tres y se los lleva de paseo contándoles otras historias.
2 comentarios:
Verde que te quiero verde. Muy divertido!
Gracias Alfred, por tu valoración positiva sobre la historia. Aún teniendo faltas de ortografía.
Gracias por tu tiempo. Que tengas un buen día :-)
Saludos desde Málaga
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