8 de marzo |
Ella Fitzgerald sueña cantando que canta en el cuarto de Elva, canta por aquellas que no superaron el miedo y las barreras entre sus sueños y la realidad. Las buenas malas normas para ser mujer buena y obediente. Mujer que debía vivir con el aparentar, porque el ser no importaba. Eras la hija de..., la esposa de..., la mujer de..., la amante de ... Pero no eras.
Bravo por las que cantaron, bailaron y estudiaron, mirando de frente a los hombres sin tener que usar las mal entendidas armas de mujer. Billie Holliday acompaña la cadena, se acuerda de aquellas que murieron sin vivir, las que sufrieron la confusión de la caricia y el bofetón. Se acuerda de aquellas que son mutiladas para que su sexualidad se más fea y desagradable, con la excusa de que es para su protección. Billie canta por aquellas que son obligadas a casarse cuando aún sueñan con unicornios con hombres viejos que nunca conocieron el respeto a la infancia y a la mujer.
Nina Simone se presenta y habla en nombre de las mujeres en territorio bélico usando la violación como arma de guerra, si destrozas a una mujer destrozas el futuro de esa nación. Canta Nina más alto y no te calles, sigue denunciando.
Sarah Vaughan afina mientras defiende al respeto a las decisiones que la mujer decida realizar sobre su cuerpo: más ropa, menos ropa, ir sola a los límites del universo sin temer ser asaltada, nunca se ofreció ni estaba en mal lugar.
Abby Lincoln habla del respeto y solidaridad entre mujeres, esa sororidad que junto al empoderamiento, están de moda y sonríe porque le han puesto purpurina a algo que ya se hacía en la sombra. Abby manda un beso que se confunde entre el humo del salón, se acuerda de las chamanas, de las yerberas, de las parteras, de las esteleras, de costureras, de las cocineras, de las maestras, de las cuidadoras, científicas, de todas las que bailaron de puntillas a medianoche para no molestar, a las que escribían es cuadernos ocultos, y a aquellas se disfrazaron de hombres para avanzar.
Pronto se unen The Cordettes, cantando para que te despiertes y te quites las legañas de arena, animándote a imaginar, proyectar y correr hacia lo que te hace crecer. Sin rencores, pero sin olvido. Hay mucho que sanar y corregir, hay mucho que autocurar y dejar de lamerse las heridas. Hermanas todas en la construcción de la imagen de la mujer que abrirán puertas y allanarán el camino de las nuevas generaciones. Mujeres que ya no parirán patriarcado, matriarcado, ni ofrecerán al mercado modelos obsoletos y caducos. La palabra alma es más completa en su abstracción que mil etiquetas mal puestas. Ninguna virtud queda mal puesta, ningún adorno superficial la hará brillar más que sentirse realizada y en el camino que ella a elegido.
Elva las escucha a todas presentar su discurso con ritmo y empezó a cantar como ellas una letra que aún estaba por escribir pero que conocía perfectamente...
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