Foto:YSH |
Esto no es correcto, no me puedo quedar sentada delante de la pantalla e inventar algo así. Lo que pasa es que ya he perdido la oportunidad, el vehículo ruidoso se fue.....¿Qué? ¿cómo? Parece que vuelve de nuevo. ¡Aaah, no! A mí esto no me vuelve a pasar. El tanque-furgón vuelve a pasar por delante de mi puerta, me levanto de la mesa y corro a la ventana. Estoy nerviosa, no quiero que se me vuelva a escapar. Uf, llegué a tiempo y lo ví... Era un montacargas color azul y marca Komatsu.
¡Ayyy, qué a gusto me he quedado! Ya estoy en paz conmigo misma. Es que no me gusta inventarme las cosas, para eso ya están la poesía o los cuentos. En fín, que ya puedo terminar de hacer el café y continuar con lo mío.
Por donde iba.... Ah, sí. Málaga es una bella ciudad a la que conocí hace diez años. Aún recuerdo la primera vez... Venía en coche desde Madrid pasando por Despeñaperros. El viaje no lo puedo describir exactamente porque venía mareada, con los ojos cerrados y con unas ganas a vomitar que ni la caja de Biodramina pudo solucionar. A mi lado iba el conductor, describiendo las maravillas del paisaje, y destacando todos los fallos que: "Si los que diseñan las carreteras las hacen con el "c", que si el peralte es una "m", pero mira que vistas más bonitas".
Yo, a todo decía que sí, si podía o sino hacía un gesto con la mano. Más que nada para agradecer a mi Cicerone, el esfuerzo de conducir Málaga-Madrid en 5 horas y contándome las bondades del trayecto. Llegando a las puertas de Málaga, me dice mi amigo: "Yeiza, abre los ojos y mira ese cartel". Pues, mira yo ante ese aviso mareada y todo, abrí los ojos. Y leí el título de una canción de Rafael. !Anda mira, aquí los cantantes se promocionan en las autovías!
"No, Yeiza, no. Eso no es una canción de Rafael, es una casa de lenocinio". ¡Ostras! ¿A esa ciudad me voy a vivir? Mal empezamos. Bueno, en el fondo a mí me da igual lo que cada uno o una haga con su vida. Cada uno en su casa y Dios en la de todos - pensé.
Lo que pasa es que me quedé con esa idea, y ya no investigué más. Iba de mi casa a la panadería, de mi casa a la tienda, de mi casa a clase, de mi casa al médico. Y no me salía de la rutina. Después, de estos diez años, me doy cuenta de mi gran error. He perdido diez años de disfrutar Málaga. Porque Málaga es su gente, sus calles, su playa, su sol, sus museos, teatros, restaurantes. Porque Málaga es María Zambrano, Manuel Altolaguirre, Victoria Kent...... Muchos y muchas más. Ahora lo sé, porque vivo Málaga.
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