Foto: Blog de Lauread@ |
Perfiles falsos, fotos falsos, nombres falsos, esconden a hombres y mujeres sin careta ofreciendo su lado más animal. No importa quién eres, ni de dónde vienes. Abren las puertas de su casa mujeres liberales atrapadas en jaulas de cristal a hombres descuartizados que viven en casa de sus madres de revuelta. ¿A qué saben las caricias robadas al anonimato? ¿A qué sabe el sexo entre la clase de los niños y la vuelta del marido?
Fetichistas de pies, de manos, de rodillas, de sexos húmedos y palabras sucias. Sexo sin pagar, pero adheridos a las normas del proxeneta invisible. No se dan datos, no se repite, si coincido de día contigo en la calle: No me saludes. No me mires los pies y babees... Lo notarían.
Perfiles de mercenarios del sexo, el pago es carne por carne. Aquí te pillo aquí te mato. Fotos de intercambio, intercambiando pechos, penes y pubis depilados. Calentando y comprobando la mercancía para la próxima bacanal.
Sexo urgente, con prisas y depresivo. Manos que en vez de acariciar arañan la piel del otro dejando la marca de los lascivos. Las epiteliales ajenas en las uñas, son lamidas y tragadas. El sexo navajero, de aquellos que imponen su poder por encima del otro. Mandando, buscando amos y sumisos, buscando que les arranquen la coleta. Cobardes en las distancias cortas, pero que se lanzan al vacío, a pecho descubierto a una intimidad debutante y baturra.
Sexo navajero, de perfiles falsos, de momentos cronometrados, quemando urgencias y alimentando a monstruos lascivos vestidos de marca, que entre gemidos nombran a otros. Y ella .... Porque él... Los mercenarios de carne ni se inmutan de que en la cama haya tres.
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