29 dic 2019

Minirreflexión: Fin de un década o eso dicen

Del 2010 al 2020. No voy a hacer un Top Ten sobre lo mejor y lo peor de esta década, a ratos ominosa a ratos esclarecedora. Gente hubo y se fue, los noticieros se llenaron de Youtubers, activistas y fakes. 

Mi adorado periódico en papel y sus columnistas, han sido sustituidos, a lo tonto, por influencers e instagramers. Mi cultura digital ha derivado en intereses insospechados y el vocabulario  Random se amplía sin concierto. No me siento más culta, quizás más vivida. Pues, el círculo de afinidades virtuales se amplía cada vez más. Hasta que se agota y haces Unfollow, el amor es así.

Mi teléfono antes sonaba cada tarde, alguna amiga con sus cuitas o yo con las mías. Hasta que un día díje basta ya, no soy terapeuta y no juego a eso. Me puse la coraza de Chica Maravilla y me propuse solucionar mis cuitas sin distracciones. Resultado, sana en soledad, como las buenas.

Gurús también hay, una tiene una vida espiritual bastante inquieta y necesita palabras de fuego para que arda la llama de vez en cuando. No los puedo nombrar porque esto se llenaría de arrobas, tu camino espiritual virtual debes descubrirlo tú. "Que la fuerza te acompañe".

Políticamente hablando he votado demasiadas veces, con la boca quemada y no me ha sabido a nada, igual que los resultados. Hemos perdido el olfato y las papilas, votamos con los dedos, contando. No reconozco a nadie, y nadie me reconoce a mí. Estamos en paz.

Los bancos cierran sucursales y abren cajeros de carga y descarga. Hasta los abuelos se tienen que poner las pilas con la electrónica. Tengo un amigo que me come la cabeza con que los bancos van a caer y hay que tener bitcoins. No sé si hacerle caso, que el chico es medio brujo y ve el telediario.

La virtualidad nos ha vuelto más silenciosos en el bus, nos aislamos en nuestra burbuja, dejamos que nos lleve mientras huimos de nuestra realidad. Si nos quitan la cara de la pantalla, es como si nos quitaran la escafandra en el fondo del mar, nos ahogamos. Nos estamos volviendo alérgicos a nuestro planeta, lleno de mercurio, uranio y plásticos. Todo tiene dobles sentidos, pero sin tiempo para aclarar. No interesa la verdad, nos conformamos con el screenshot. 

Los abuelos abundan como los hongos, dicho desde el cariño. Somos más viejos porque no nacen niños. y con ellos las mil vicisitudes que se les presenta a una persona cuando va perdiendo autonomía y gana en dependencia. La salud se mide en recaídas y remontadas, llegamos más lejos de los ochenta en múltiples situaciones y a ellos se les recorta presupuesto también. Somos la descendencia de Matusalen, somos centenarios. Sin memoria, sin autonomía, o todo lo contrario, con plena consciencia de la gente que se ha ido marchando por el camino. No hay reglas fijas, ellos las rompen cada amanecer y las doblan cada noche al dormir.

Sobre el fin del mundo, me consta que hemos pasado muchos desde el 2000 en adelante, según las profecías debería sorprendernos que sigamos vivos para destruir el planeta con impunidad. Y que éste no se haya partido por la mitad, o nos hayan invadido los extraterrestres para someternos como esclavos. Muchas películas hemos visto, que nos recuerda de lo que nos hemos librado. 

De mí, bffff, solo puedo decir que entro en esta nueva etapa voy con los ojos bien abiertos. Feliz 2020

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