Autor:Francisco de Goya y Lucientes |
He aquí un joven durmiente que zarandeado por un mal sueño, e incapaz ya de de dormir, se levantó de su lecho.
Sintiendo que se ahogaba, buscó con anhelo el beso fresco del sereno.
Poco después, reanimado y algo más tranquilo, miró a su alrededor y quedó maravillado de lo hermosa que era la noche. La tenue luz, las insinuantes sombras, las distancias infinitas, las estrellas tan cercanas.
De pronto, una embriagadora euforia se apoderó del alma del muchacho empujándole a gritar exaltando todo lo bello que percibían sus excitados sentidos.
Consumida la mente por el fuego de sus pensamientos, prendió su cuerpo de modo tal que quedó envuelto en llamas, brasas que se consumían por el irrefrenable deseo de ser libre.
Abandonando su cuarto, dejando su casa, alejándose de su aldea, inició su alocada carrera, en busca de algo que no podía definir pero que tenía que encontrar. Su mente convirtió ese pensamiento en necesidad y así es como el joven durmiente se transformó en buscador.
Autora:YSH
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