El deshollinador limpiaba las chimeneas para que el aire no fuera tan tóxico. Él subía y subía pensando en los otros niños, él no tenía miedo de las alturas. Lo había hecho muchas veces pero solo para ayudar a buscar un aire mejor para todos los niños. La gente se extrañaba de que alguien fuera por el mundo limpiando chimeneas. Le decían de todo, pero no le importaba porque en su cabeza rondaba la palabra mágica:
"Supercalifragilísticoespialidoso, Supercalifragilísticoespialidoso .........."
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