
De puntillas...
Deslizándose...
Tocó la luna...
Y empezó a recitar.
Con la suavidad de la seda,
con la firmeza de una ola.
La arena como teclas de un piano.
Despertando en el mar el recuerdo de la ambrosía.
Acaricia el mar la arena,
dibujando perfiles,
cincelando curvas en el puerto.
Para que surja la guitarra.
Susurra el mar a la costa,
melodías nunca oídas,
palabras jamás pronunciadas.
Letras tan sólo inspiradas por el viento.
Regala el mar a la arena
verdes esmeraldas.
Rivaliza el mar con el cielo,
ofreciendo añiles bellos.
Por la arena,
el mar,
origina un océano de nubes.
Por la arena,
el mar transforma su salobridad
en agua dulce.
El mar llora feliz al amanecer,
convirtiendo sus lágrimas en rocío,
inventando así caricias nuevas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario