24 mar 2017

Opinión: Síntomas del fin de una era: ¡Bomba va!

Sí, ya sé que no está el horno para farolillos. Y que los legos inundan la tierra. Este post será aburrido y soporífero. Lo advierto, que luego no quiero quejas. Voy pa'llá.

Que el mundo está dando los últimos coletazos de una adolescencia trabajosa, rebelde,  contestataria y pelín autodestructiva. Eso lo hemos sufrido todos, aunque no leamos el periódico o sigamos el thriller del telediario.  A los legos-entendidos no les hace falta escuchar los análisis de los expertos, que explican sobre los atentados perpetrados últimamente, se conforman con pensar en que son cuatro locos que se inmolan por dinero o una fe mal entendida. Los expertos nos instan a mirar más allá de las teorías conspiranoides, éste nuevo tipo de terrorismo es producto del fracaso de la integración.

Los hijos de los inmigrantes nacen con las raíces fuera. Con el sentimiento de desarraigo grabado en los genes, con el dolor del que no tiene tierra. La globalización ejerce una nueva aculturación. Un individuo sin tierra, ni memoria. Su vida espiritual se remonta ya a la nube ciberespacial de tanto buscar su hueco entre fronteras.  Hablan varios idiomas dentro y fuera de casa. Pero en su interior la soledad es muda, el odio no es tierra yerma. El odio también es una flor, aunque apesta, se refleja en la mirada.

Los especialistas vienen avisando que se necesitan expertos para entender a esos movimientos de población. Gente que no se pierda entre la morralla pseudopolítica o pseudoreligiosa que perpetúa el terrorismo como arma ideológica.

Hay intereses ocultos y oscuros, como diría Iker Jiménez, pero debemos ir a la raíz. Entre todos quizás limpiemos esos intereses destructivos.  Pero, ¿cómo se resuelven estos conflictos?  ¿Será necesaria una nueva dialéctica a caballo entre el cerebro y el corazón que derrumbe esos odios viscerales? ¿Cómo decirles que la tierra es de todos y es ésa misma tierra la que nos cubrirá de polvo? ¿Cómo decirles que la Tierra no necesita mártires,  ni inmolaciones, ni guerras interminables, ni hambrunas genocidas?

Si lo que falla es el arraigo, si lo que falla es la convivencia, si lo que falla es la retórica,  si lo que falla es la teórica.  Hay que dejar de mirar y tirarse a la piscina...¡Bomba vaaa!

19 mar 2017

Opinión: Síntomas del fin de una era. La fragoneta

"Fragoneeeeta, ya no me acuerdo donde aparqué la fragoneta" Letra Unamisma.  

Sí, aquí estoy a ver si me sale un jingle que me saque de pobre. Ya que no lo hace mi carrera, ni mis títulos, ni mi currículum. Voy con el uniforme de camuflaje a todas partes. Discuto con mis clientes de que la tarifa de precios es justa para no morirme de hambre. Porque lo de trabajar por la voluntad, mire usted, lo llevo fatal.

El tema económico lo llevo tan mal que hasta me he peleado con un amigo porque dice que no va a buscar pareja hasta que no haya mejoría económica. Hasta que no haya estabilidad- dice. ¿Estabilidad? Pero, si mi psicóloga me ha tenido que explicar dos o tres veces que eso ya no existe. Como los reyes magos, Winny de Pooh, o que la princesa se pondrá morena a la sombra.

¡Madre de Dios! Por si fuera poco,  hoy me ha dado por llamar a la mía a Canarias quejándome de que yo pensaba que la crisis se acababa este año, estamos en marzo y las oportunidades siguen anoréxicas. Se pone apocalíptica y me suelta: "¡Ay Yeiza, esto no ha hecho más que empezar!". Vamos que entre mi madre, mi amigo y los números rojos de la cuenta sufro horrores. 

Sé que estos sentimientos son universales, a todos nos duele el corazón que tenemos en el bolsillo y al otro corazón lo tenemos harto de acupuntura, para que se queje bajito, que en este momento hablar de amoríos no pega. Ahora toca vestirse de luto por los dineros que tuvimos y que no vamos a volver a ganar, llorar como plañideras por no poder elegir entre varias opciones laborales, porque ya no hay ninguna. Estoy triste y apesadumbrada, esta vez la culpa no es de Bukowski.

No busco novio, ni marido. Busco un coach que me ayude a remontar y que no se acomode, que no es plan de que haya que mantenerlo ahora también. Mis amigas, cuarentonas o más, me advierten y aconsejan: "Los hombres ya no son como los de antes, ahora hay que mantenerlos". ¡Válgame Dios! ¿Que el nuevo hombre del siglo XXI, ha ganado metrosexualidad y ha perdido réditos (entiéndase huevos)? ¿Y la mujer posmodernista ha ganado en laca que no apelmaza y títulos, pero se ha quedado con la idea de que alguien tiene que ser mantenido para que el sistema funcione? 

Sí, está claro que se acerca el fin del mundo, pero un mundo bizarro, baturro y embrutecido. La pena es que harán falta varias generaciones para que veamos que los activos creativos son más que... "Ah, sí, que no tengo fragoneta".


17 mar 2017

Opinión: Como canta Sabina

Trabajo en pijama blanco, nada sexy porque me queda varias tallas grande. Lo bueno de ir uniformada es que eres más visible al conductor del bus. Y en las carreras detrás suya, ya tengo preferencia. Código de colores, respeto al disfraz uniformado. No sé, pero me espera.

En muchas conversaciones entre mujeres, ver a un varón uniformado es sinónimo de miradas furtivas disimulando, o no, ardientes y lascivos comentarios, hasta con el marido delante. Y el otro callado, resignado por el tópico. Ya que a él le sobraba el uniforme en las féminas. Comentario que guardó para sus adentros, pues como canta Sabina: "Si me preguntas por la vida. Lo niego todo. Aquellos polvos y estos lodos."

15 mar 2017

Minirrelato: Para esos muertos

Cuando caminas por el jardín de los muertos y respiras su aroma diverso y lleno de matices. No puedes más que admirar la belleza de lo efímero y aplaudir sus esfuerzos por caminar entre los vivos sin que se note que están muertos. Si en tu camino encuentras a alguno perdido, dale la mano y condúcele al desierto, pues el lugar de los muertos no es el cementerio. El polvo busca el polvo en aquellos lodos. Ellos son nómadas eternos en busca de una piel que los habite, un sol que los queme y una arena, que como notario, tome acta de sus efímeras huellas. Ahí van en procesión los muertos cargados de corbatas o discursos engomados. Buscan el oasis que los refugie, la matriz-tumba que los haga revivir. Tú oyente no seas sujeto paciente y tradúcele al muerto las indicaciones para que sus huesos descansen, o dejen de ser muertos sin objeto ni propósito. Pues, la muerte es libertad, y la libertad sueño.

Minirrelato: Al estilo Ennio Morricone

Morricone Xilófono de entrada,  hace imaginar una bailarina, leve y ligera, pero pronto la banda sonora trae intriga al cuadro. El tutú se v...