Bueno aquí estamos otra vez, no tenía pensado sacar la sombrilla hasta el verano, pero en vista de que ya ha llegado el buen tiempo apetece un poquito salir a la calle. De nuevo recorremos la ciudad escuchando a Málaga. Ella habla su propio idioma.
Actualmente, estamos inmersos en el Festival de Cine. Los actores pasean durante unos días como mortales, en las calles que normalmente son transitadas por anónimos sin nombres ni apellidos.
Actualmente, estamos inmersos en el Festival de Cine. Los actores pasean durante unos días como mortales, en las calles que normalmente son transitadas por anónimos sin nombres ni apellidos.
Esto de ir andando, y de repente, encontrarte a alguien que llevas tiempo viendo en la tele, y le quieres saludar porque lo conoces y no sabes de qué al principio, hasta que luego caes en: ¡Anda, pero si es...!
'Málaga festivalera' tiene como actores principales a los malagueños. ¿Por qué lo digo? Porque el domingo la alfombra roja dispuesta en calle Larios estaba repleta de gente, y muchos iban caminando un poco más derechos, más erguidos, como metiendo tripa. No fuera a ser que alguna cámara les sacara un robado. También estaban los que intencionadamente se colocaban delante del cartel promocional y se hacían su particular 'fotocall' dejando para la posteridad que ellos estuvieron allí.
La cinéfila alfombra tiene una escolta de carteles de películas a los lados, recomendando ésta o aquella, pero no pude dejar de sonreír al ver que en uno de los marcos, donde debía haber un cartel no había nada, estaba hueco. En su lugar estaban una mujer y una niña buscando alguna 'posturilla' para quedar retratadas como las primeras actrices de la cinta. Como tantas veces, se me pasan las mejores. No me atreví a preguntarles cómo se titulaba su película, aunque se lo estaban pasando tan bien que daba igual el título.
Antes de acabar el paseo me paso por el quiosco para comprar el periódico, y había cola. ¡Qué raro!- pensé- será para comprar tabaco y me impacienté un poco. Pero, luego reparé en que no. ¡La fila era para comprar prensa! De hecho se me escapó en voz alta casi sin darme cuenta, y se me quedaron mirando un poco asombrados. Es que claro, faltó contextualizarles que era estudiante de Periodismo y que me había emocionado al verles comprando los ejemplares. Casi los felicito a todos por su buena costumbre dominguera, pero no, me contuve unos instantes y lo conté en Facebook.