22 sept 2013

Minirrelato: El beduino

En el desierto entre duna y duna había plantada, semioculta, una pequeña jaima. Dentro, un beduino que decidió renunciar a la vida y la materia. Desprendidamente olvidó el tiempo, la gente y sus lazos. 

Vivía en una purga perpetua: horas y horas con los ojos abiertos descifrando el código de la arena, mientras, los oscuros pensamientos llenaban sus madrugadas perpetuas. Cada amanecer sus abluciones iban dirigidas a borrar la memoria de sus genes. Encandilado por la luz del sol, las retinas trasnochadas hacían que viera el mundo con recelo, descubriendo conspiraciones infinitas.

Tan vacío quería quedar, que se convirtió en el sumidero del universo. Y sin querer se transformó en el Diógenes de la materia y de las ideas. Lo rescataba todo. En su ansia por la destrucción misma, no era consciente del rastro virtual de la memoria. La copia de seguridad que produce el estancamiento del acumulador.

Una mañana, tras una tormenta de arena, apareció un ave herida. El instinto la llevó hasta su jaima porque en su interior resonaban el eco de las siguientes palabras: "Habla con él, ha pasado por lo mismo que tú y podéis aprender juntos mientras curas tus heridas". Sonó extraña aquella petición, ella lo sabía. ¿Ser la guía de un presunto salvador cuando ella misma estaba mal?- suspiró y aceptó el reto que proponía el viento. Accedió a la propuesta, sabía que sus heridas se curarían antes o después. De hecho, sanaban cada vez más rápido. Pero, entendió que si su parada estaba allí, tal vez debería comprobar qué pasaba. 

Llamó al residente de la arena, que al verla tan maltrecha la acogió sin dudarlo, la adoptó como si fuera una prolongación de sí mismo. Intentó trasmitirle sus conocimientos y sus rutinas.  Le enseñó los mapas dibujados a pulso, de lo conocido en las alturas o en las profundidades a las que había llegado en sus viajes sin salir de la jaima.

Ella lo escuchó, sabía de lo que hablaba el otro. El hombre se había hecho consciente de sus alas y apuraba al máximo. Se había transformado en un espíritu libre. Había volado sobre el abismo y profundizado en la sima. Había roto sus cadenas pero continuaba encerrado entre aquellas paredes de tela. Se había transformado en un esclavo libre.

Pasaban los días y las noches, ella se reponía muy rápido. Llegaba el momento de reanudar el viaje, pero cada vez que lo intentaba el beduino la entretenía con mil y un problemas, cuestiones, dudas o miedos. A veces la necesitaba como guía, otras le estorbaba en la trayectoria de su vuelo.

El ave escuchó de nuevo la voz en su interior, era el momento de partir: "Las heridas han sido sanadas, las dudas resueltas, hay que proseguir el viaje". Así lo hizo. El beduino quedó extrañado que tras su vuelo ella no deseara volver a la jaima como punto de encuentro. Miraba el horizonte desde el amanecer hasta que el sol se transformaba en luna. 

Durante un instante, cerró los ojos durante su guardia nocturna y al abrirlos escrito estaba en la arena: 

- "No soy paloma de la paz ni de la guerra, solo una simple mensajera en ruta. Si has aprendido a volar, usa tus alas y realiza tu propia misión. El tiempo y el espacio no existen salvo en las arrugas de tu cara y las siluetas que dibuja el viento en la arena. Deja de velar tu propia tumba". Al leer esto el beduino se desmayó.


1 sept 2013

La sombrilla, reflexiones: Desmadejando ideas

By Daniela Terragni
#Idea1: ¿Se parece en algo tu presente a aquello que habías imaginado hace unos años? ¿Has cumplido tus objetivos?- Nos preguntamos todos en momentos de reflexión. Hay respuestas de todo tipo. De las mías en particular no me puedo quejar. Lo que ha dependido directamente de mí ha salido adelante por mi esfuerzo y constancia. 

De hecho, he tenido que flexibilizarme en algunos plazos porque ir contracorriente pasa factura. Voy al día con los pagos. El dicho ese: "Ríndete cuentas a ti mism@ cada noche como si fuera la última de tu vida y vive cada día como si no fueras a morir jamás".  Es bastante efectivo en la práctica. Ahora estoy en un punto en el que tengo definir metas nuevas. Eso es buena señal.

#Idea2: ¿Para qué sirve la sensibilidad?- me preguntaron el viernes. Para disfrutar y para sufrir con mucha intensidad - respondí. Para ver la vida en Technicolor o en escala de grises. Los poetas somos así. Clarividentes cegatos, sabios ignorantes, ingenuos resabiados. Deprimentes gozosos.

#Idea3: Escucho demasiado, lo sé. Interiorizo el sonido, las respuestas, los gestos. La información, las emociones, la intención. Me asusto, vibro, me enervo o me rindo. Lo que sea, pero no quedo indiferente. 

3.1. He hablado con un caricaturista que ignorado en su tierra es reconocido en el extranjero, y que a sus ochenta y cinco años sigue dibujando para comer, porque no tiene pensión alguna.  

3.2. He escuchado las penas de los familiares que los recortes en la Ley de Dependencia limita su vida aún más. No se quejan, simplemente tienen asumido que es una vuelta de tuerca más.

3.3. He hablado con pequeños revolucionarios que denunciaron a la comunidad de vecinos por estar enganchados a la red eléctrica de tal manera que solo pagaban recibos de 6 euros cada dos meses. Buena actitud cívica pero ya proscritos de por vida para el vecindario. 

3.4. Escucho a la gente quejándose por la crisis: 

- ¡Bien de miserias, Dios mío!- y suspiran mientras cambian de canal con el mando a distancia. Pero, vamos a ver gente... ¿A caso sabemos lo que es la miseria los de este lado del hemisferio? 

- ¡Ay, lo que hay que trabajar para medio comer! - ¿A caso no hay nada más importante que tener algo que llevarnos a la boca? Hasta donde yo sé con la ropa de marca o los Iphone no se hacen buenas sopas. Ni entran en la pirámide de la dieta saludable.

- ¿Cuando volverán los tiempos de bonanza?- susurran bocas de hombres, sentados en el sillón frente a la tele porque lo suyo era poner ladrillos y no saben hacer otra cosa. Pero hombre, ¿en qué saco de cemento o en qué bloque dejó olvidada su capacidad de aprendizaje, de reciclarse, de aprender? Señor, nunca somos demasiados viejos para recorrer caminos nuevos, quitarnos el polvo de la vejez anticipada y pintarnos en la cara el tatuaje de luchador.

Involucionamos y evolucionamos a voluntad. Sí la muerte misma ya es evolución, ¿por qué estancamos la vida con quejas y limitaciones complejas?

#Blog off

Minirrelato: Al estilo Ennio Morricone

Morricone Xilófono de entrada,  hace imaginar una bailarina, leve y ligera, pero pronto la banda sonora trae intriga al cuadro. El tutú se v...