29 abr 2014

La sombrilla, reflexiones: La sociedad crispada

La gente está insoportable... No es una queja, es una observación. Los escucho quejarse todo el tiempo. El autobús de línea 130 Málaga-Campanillas de Olmedo ha echado el cerrojo y ahora es la EMT la que se amplía líneas, más recorrido con los mismos autobuses, y en más tiempo. Nadie está contento. Cuando llega a la parada los viajeros ya no dan los "Buenos días", entran amotinados. Y atacan al conductor a bocajarro, a grito limpio: "Esto no puede ser, llevamos tres cuartos de hora esperando. Han pasado cuatro autobuses dos del 25 y dos del 19 que tardan en volver. Los primeros van llenos y los segundo vacíos"- esgrimen algunos. "¡No podemos llegar todos los días tardes a trabajar!"- arguyen otros. Al final todos se miran y al unísono dicen: "Hay que poner una queja formal, recoger firmas",  pero al decirlo en voz alta se dan cuenta que ninguno de ellos levantará la mano y dirá: ¡Vale, nos unimos! Tanto griterío queda en desahogo y ruido.

Atardecer en el puente. Maqueda. YSH
La teoría que ofrece el cine americano de que en las grandes crisis o catástrofes surge la solidaridad, la honradez, el 'buenismo' que todos llevamos dentro es absurda. La realidad no es esa. De la crisálida no están saliendo mariposas. Unas veces son simples babosas que continúan arrastrándose y otras se han vuelto depredadores evolucionados donde la ética y las buenas prácticas son una molestia para amasar dinero. Sí, hay dinero, no se mueve mucho pero hay dinero. 

- Ambición, ambición, ¿tienes ambición?
- Pues, mire usted, más que ambición, necesidad. 
- La necesidad no es suficiente, te falta la ambición necesaria para crecer. ¿Quieres la oportunidad?

Esto que suena a pacto con el diablo, no sólo lo parece. Es que lo es. Actualmente, está proliferando la figura del 'asesor/promotor/azafato/ayudadores del prójimo porque yo lo digo". Sinónimos todos del comercial de toda la vida. Energéticas, telecomunicaciones, Ong's... Todo vale. Cualquiera puede montar un chiringuito, ponerse una corbata, decirse a sí mismo "¡Qué guapo estoy!" y se considera líder de una grey de gente desesperada por trabajar y llevar dinero a su casa. Tiempo, esfuerzo y dinero que muchas veces no llega a ver, pero que el pirata de turno ya se ha escanciado sobre su coche de alta gama. Mientras les grita que son unos 'improfesionales', no vaya a ser que se den cuenta que la oportunidad era simplemente para estamparse contra la pared.

Las grandes empresas que pagan caros anuncios para limpiar una imagen que se destroza todos los días en la calle usando técnicas deplorables y propias de piratas sin escrúpulos. Deberían poner en práctica la Responsabilidad Social y sembrar para recoger. No pasar como apisonadoras, porque detrás de ellos ya no vuelve a crecer la hierba. Quedan cicatrices que no se olvidan.

Por suerte, cuando llega la tarde y vas de regreso a casa. Para desconectar del 'quejío' ajeno la vida te regala instantáneas que reflejan algo de paz y tranquilidad. Como la foto del puente en la que unas chicas gritan sin preocupaciones piropos a los chicos desde lejos.

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