7 sept 2016

Minirrelato: Dudas de una ninfa

Muñeca de porcelana. Marina Bychkova
Con el pelo mojado salió huyendo de los espectros. Bailar hasta que el cuerpo se incendia y se derrite cada noche la deja extenuada. Ninfas y sátiros continúan haciendo figuras chinescas con los dedos en el interior de cuerpos ajenos.

Iba sola, pero la energía oscura de los otros le susurraba que quedaba más baile, más placer. No huyas - le dicen- nos llevas contigo. Sentirás el dulce infierno en tu cuerpo. Beberás arsénico, adormidera para tus sentidos, acolcharás tu alma. Pero estamos dentro de ti.

Con el pelo mojado, la brisa de la mañana desliza una gota de agua por su piel. Se estremece al notar como se calienta, y se evapora durante el recorrido. Caricia sublimada y furtiva.

- ¡Basta ya!- gritó a sus demonios. No quería que ese fuego la consumiera, pero era adictivo. Tenía que volver allí. Ese desdoblamiento de personalidad que la hacía convertirse en la ninfa mayor, era abrumador. Nada de cortesías cortesanas. Se sentía con el poder de las grandes y de las invisibles. Las ninfas no necesitan publicidad, la compañía siempre es la más selecta. ¿Pero, qué criterios qué indicadores eligen lo selecto?

- Sí, eso es, piensa así - susurró la sombra apoyada en su hombro. Ponle la poesía que quieras. Tu alma está vendida, atrapada en el barro de mortalidad frágil y obsoleta.

- No quiero volver, no me embeleses con magias huecas. No turbes mi mente. Mi cuerpo se rebela a mis requerimientos y se escapa como loca enamorada a estamparse con la nada.

- Piensas demasiado, mi labor es fomentar la lujuria y el hedonismo. Simplemente no pienses. Hoy serás la estrella, la deseada, la derretida por las miradas sobradas de deseo. La empalagada por los versos calenturientos de poetas con la boca en llamas. Serás la esculpida en alabastro y nombrada reina, musa. Serás la rubia y la morena, la cosa y la diosa. Serás la hembra y la metáfora.

Ella se consumía como una vela, la llama era fuego y trampa. No pudo más y se desmayó.

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