5 jul 2011

La sombrilla, reflexiones de verano.02: Si Woody Allen tuviera Twitter

Titular posible: Las sombrillas son para el verano, La culpa de todo la tiene el 15-M, El silencio de los callados, La rebelión celular, La memoria de los elefantes... Bueno da igual, no me voy a atascar en el título.

8:30 de la mañana, café en mano y la ideas a punto de ebullición... Bajo la sombrilla las quince magnolias escuchaban silenciosamente los recuerdos de los paquidermos... ¡Vaya, creo que esto es la anti-entradilla juguetona y golosa! Bueno, prosigo.

Hace tiempo fui a ver la última de Woody Allen "Midnight in Paris", y aunque he leído reacciones muy poéticas o críticas con esta obra, finalmente expongo las mías. Mi reacción al acabar la película fue: ¡Qué bien suena la definición del amor en boca de Hemingway y qué envidia más mala le tengo al protagonista de la cinta! ¿Envidia? Sí, lo confieso. Envidia porque para un artista codearte con los autores que marcaron una época es comparable con subir al Olimpo y tomarte un café con los mitos griegos, como subir al cielo y hablar con los Santos Apóstoles. Estar ante los mejores, enseñarles tu obra y que te guíen para alcanzar la perfección.

Cuando salí del cine estaba radiante y con ganas de buscar a Woody Allen en Twitter para decirle: "Woody, yo también he soñado con eso". He soñado con llevarle mis textos de caligrafía torpe y ortografía dudosa a Camilo José Cela, entregarle mis más esperpénticas reflexiones a Valle Inclán. Recitar, con pudor y las mejillas arreboladas de vergüenza, mis poemas a Bécquer. Tal vez, llevarle mi carta de amor de 10 páginas a Ortega y Gasset y compartir con él mis líneas y sus impresiones.

¿Sabes una cosa Woody? - le diría. Hace diez años tuve mi particular versión de tu guión: "Midday in Madrid". Fue en el Museo de Cera, allí me sentí una groupi enloquecida: Cervantes, Cela, Neruda, Dalí. Todos ellos aguantaron con paciencia infinita la foto de rigor. Y aunque me comporté y no grité eso de: "Cervantes capullo quiero un hijo tuyo". Porque una es 'mu'digna' y siempre he sido crítica con el histerismo del síndrome fan, pero reconozco que miré aquellas figuras de cera con reverencia, como quien mira las imágenes en las iglesias. San Cervantes Bendito, Camilo José Cela de Todos los Santos. A ellos dirigí mis plegarias, mis promesas y mis votos.

Sí Woody, yo también recorro las calles de madrugada buscando ideas e inspiración, intentando escuchar el eco de esas antiguas tertulias. El químico Lavoiser dijo que: "La materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma". Así que busco esperanzada la luz de la farola en la que estará apoyado Cervantes mientras espera a su hidalgo hijo. Ellos, todos, siguen entre nosotros.

Buenos días.

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