26 jul 2011

Poesía: La mujer es acervo

La palabra desnuda se volvió silencio.
La palabra vistió a la mujer de savia y caramelo,
La palabra puso sandalias a las que caminaron descalzas y de puntillas.
La palabras son arte y fuego.
Si al principio fue el verbo, la mujer es acervo.
La mujer y la palabra son transmisoras de conocimiento.
¡Pule bien tus palabras, mujer!
Que las palabras se las lleva el viento.
No llenes tu boca de mentiras.
No hagas dignas las malas historias.
No magnifiques a los pequeños de espíritu.
Sé libre tú, magnifícate tú, que con tus preñeces 
se perpetúan los esperpentos.
No cubras de azahar y agua de rosas
al que le apesta el aliento a cieno y a derrotas.
Caminas despacio, mujer de savia y caramelo.
Mujer etérea, pero caduca.
Mujer que esconde sus desnudeces y disimula las arrugas.
Mujer que subida a unos tacones
intenta robar centímetros a la tierra para tocar el cielo.
Ese cielo robado, ese cielo desterrado.
Reina sin reino, castillos sin fantasmas, mujer de ideas pero sin palabras.
Palabras que fueron puentes,  luego lanzas, y por último, telas de araña.
Caminas despacio, mujer de savia y caramelo.
Caminas despacio, pero no detengas el paso.

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