29 mar 2012

La sombrilla, reflexiones: El partido

Cuando pienso en la palabra "partido" me vienen muchos significados a la cabeza. Uno de ellos y con las  elecciones tan recientes sería el de partido político, ése al que han aupado los votos ciudadanos. El partido y sus extrañas alianzas, las que solo se plantean en contextos de campañas. En una Andalucía que ha llevado el traje rojo durante treinta años parece que le cuesta cambiar el fondo de armario. Ese rojo fiesta, se ha transformado en un rojo uniforme. Rojo con la mancha azul malagueña, que quedaba como la mancha de vino en el traje de la novia. El último bastión 'pepero' lo llamaban.

Durante un instante imaginé a una Andalucía con el traje de feria azul y rojo, sería muy marinero. Pero, claro esto queda muy bien en el papel, ya que respecto a ideologías los colores no se mezclan con tanta gracia. Los argumentos y las reformas que proponen, tanto los que vienen como los que se van. asustan porque apelan siempre a realidades bipolares. Parece una charada.

A ver si se aclara el patio y sus pactos, porque como dice @FJCristofol en su artículo de hoy "Cajas de cartón mojado". Yo tampoco me entero como ha quedado la cosa. El partido de los partidos. El juego de los que mandan.

Una compañera en el trabajo, Eva, me decía en tono apocalíptico: "Yeiza, el año pasado fue el año de la crisis, éste será el año del hambre". Al escucharla se me erizó el vello y un escalofrío recorrió como un rayo la autovía que va desde la nuca hasta los pies. Sentí el suelo duro bajo mis plantas y suspiré. 

Suspiré, porque recordé a los hombres que llevan ya dos años en paro, a las mujeres que tienen dos trabajos para sacar la casa adelante. Recordé a la chica que con una cesárea de dos meses, se puso a trabajar de freganchín. Recordé a mis amigos chilenos que vivían en el barrio de Huelin hasta el mes pasado. Un matrimonio y tres niños, a los que los servicios sociales malagueños han tenido que pagar de urgencia el billete de vuelta. Ellos han regresado al continente que abandonaron buscando en Málaga el "sueño americano". Se acabó "Verano azul".  Todos ellos, la instantánea de sus caras y sus historias acudieron a mi mente con esa frase.

Se me pone el alma triste al pensar, que sobre la pauta en la que escriben los políticos sus discursos, la letra pequeña que obvian es la de los ciudadanos. Se escriben titulares a cinco columnas con sus paridas y perogrulladas mientras, aquí abajo, se sufren las consecuencias de sus estrategias para afianzarse en la silla. Los políticos  olvidan que cuando ellos se resfrían, nosotros estornudamos.

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