24 ene 2009

INSTANTANEAS/Paseo por el centro


Este sábado es buen día para preparar un exámen, tranquilidad, concentración. Pero después de comer tuvimos un dilema, ¿nos entregamos en los brazos de Morfeo y nos auto-homenajeamos con una siesta o salimos a la calle a patear Málaga?


Como el peso de los estudios es un gran acicate, nos decidimos por la segunda opción, pues el dormir no siempre te deja buen cuerpo para luego ponerte con los libros. Así que callejeamos durante una hora.


Las instantáeas que hemos visto durante el recorrido han sido variadas: desde tiendas con escaparates llenos de carteles con los precios rebajados, otros de liquidación por cierre, músicos tocando el violín o la guitarra, un señor pidiendo en la calle para tomar un vaso de leche para él y su perro, otros muchos tumbados en el suelo intentado sestear tapados con cartones, alguno con un cartel que reza "Ayúdame, quiero regresar a Polonia".


Mientras intentamos digerir tantos reclamos, pasamos al lado de una terraza donde unos señores, todos rubios y entrados en años, cantan canciones desconocidas y extrañas, pero de las que se trasluce la alegría y la celebración.


Continuamos nuestro paseo, y vemos salir de una típica bodega malagueña a varias chicas ataviadas con un gorro de vaquero, intentando caminar derecho y ligerito. Esquivamos la marabunta, buscando la seguridad de las callejuelas perpendiculares, y nos topamos de lleno con una parejita de abuelos, que se cantaban el uno al otro, canciones de amor y de despechos.


Miramos el reloj, Son las tres y media de un sabado de enero, ya es la hora de regresar y retomar el estudio. El paseo ha sido variopinto y reveledor.

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