Buenos días desde la parada del autobús... Acabo de comprar el pan y casi me mondo con el nacimiento de los huevos. Dícese: María y José dos huevos marrones con sus caritas pintadas y envueltos en una tela blanca ella, negra èl. Y un Jesús de huevo de codorniz que se pierde entre el pañuelo. Ningún diseñador reclama la autoría de las sagradas vestimentas. Esto es una tienda de barrio y no las campanadas de Fin de Año con sus transparencias.
Antes de salir de casa, estaba viendo el telediario de la 1. Escuchaba la noticia de un robo en un centro comercial y del que no se cortaron en decir que podía haber sido un atentado y repetido varias veces. Desde luego que no se puede descartar ninguna variante. Pero no es necesario crispar aún más el ambiente... Manda huevos. Es un recurso barato y que no aporta nada bueno al medio.
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