17 jul 2016

Minirrelato: Muñecas negras

Juguetes Curiosos
Era una muñeca oscura, gris, inspiraba temblores con sólo mirarla. Desde que se quedó encerrada en el taller de muñecas ninguna sombra parecía algo agradable. La muñeca estrafalaria se la regaló una prima gótica con gustos raros, a su parecer. Ya no era una niña para recibir juguetes, pero creyó que nunca tendría edad suficiente para regalos como aquellos. Estaba deseando que se fuera su prima para deshacerse del tétrico detalle.

Por fin, después de tres horas de charla sobre las aventuras de sus correrías góticas en los cementerios, que aún conservan lápidas en el suelo, pues los nichos no hacen el mismo servicio. No, las lápidas y sus inquilinos enterrados en tierra son más elegantes y tienen más porte que los nichos. Cuerpos ordenados como archivadores, alfabéticamente. Poco erotismo y respeto. Según sus particularísimas prácticas y como buena discípula de Tim Burton.

En fin, que en cuanto la prima se marchó, pensó en tirarla, pero por si acaso, guardó al bicho-juguete en el trastero ahogada entre cojines. Después,  salió a dar un paseo. Al llegar la noche vuelve a casa y encuentra una nota acusatoria: ¿Por qué lo hiciste? - Se quedó extrañada y no sabía si la había escrito su madre por irse sin decir a dónde iba. Después de unos minutos, no le dio más vueltas.

Tras una ducha un poco extraña, pues el gel de baño era negro, pastoso y frío. ¿Cuando ha comprado mamá este jabón tan raro?- Pensó, mientras se enjuagaba con asco. Salió de la ducha y cogió la toalla, pronto notó que una araña de patas largas se le subió en la mano. ¡Dios! ¿Qué pasa hoy?-- gritó. Matando con repugnancia al dichoso bicho.

Se puso el pijama inquieta, ya no tenía ganas de cenar, pero quería un vaso de agua. Al llenarlo con agua fría el cambio de temperatura hace que el cristal le estalle en las manos cortándole un dedo.¡Ufff, qué mal rollo me está dando esto!
Esto va a ser por culpa de la muñeca friki de la petarda de mi prima. Es demasiada casualidad. Voy a coger el juguete y lo quemo para que nadie lo coja y le pase algo malo.

Decidida vuelve al trastero y remueve los cojines, no la encuentra. Le empieza a subir un calor intenso que le hace gotear la frente. ¿Dónde estás monstruo? -- Siguió buscando y de repente vio otra nota en el fondo del cajón que la dejó callada. "Siempre he estado en tu cabeza".


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