9 may 2010

OPINIÓN: Desayuno con papeles


Esta mañana nos fuimos, mi hija de cuatro años y yo, a desayunar. Así que, después de comprar los periódicos, nos sentamos a disfrutar de un momento que a mí especialmente me encanta.


Desayunar tranquilamente leyendo los dominicales junto al arrullo del golpeteo de las tazas tras la barra. En fin, mientras yo leía, mi niña estaba a mi lado mirando una imagen de Bob y sus amigos, y me los estaba nombrando "mamá este bó'sponja, este paticio, este ¿pato?".

Bueno, a este último no supe traducirlo aunque sabía a qué personaje se refería. Como la niña comprendía que seguía sin enterarme del nombre, ya a la quinta vez de repetírmelo, añade "es malo".

Ahhh amigo, esta niña no sabrá pronunciar bien, pero tiene clarito los conceptos. Yo sonreí y le dije: "Bueno, lo que le pasa es que está obsesionado con robar la fórmula súpersecreta de la 'burguer cangreburguer'.

Claro, ahí estaba yo toda inspirada y continúo: "nena, ya sé cuál es la fórmula secreta de Bob, ¿quieres que te la diga?".

Por su puesto, la niña guardó silencio y ahí estaba yo toda emocionada explicándole que el secreto de Bob era..................... La cría nada, sin inmutarse, pero continúa mirándome, como diciendo: "ala, ya está mi madre en rollo conferencia", jajajaja, así que me callé.

Yo leyendo los periódicos, ella terminándose el pan y el 'shumo' mirando a Bob Esponja. En ese momento, me dí cuenta de que no era el momento de explicarlo, sino quizá de demostrarlo, para según qué edades el ejemplo es el mejor maestro.

Buenos días

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