25 jul 2010

La sombrilla, reflexiones de verano (III): El acto de leer


papel, digitalEl verano es buen momento para conocer gente y hablar de cosas sencillas. El otro día iba en el autobús leyendo Hiroshima de John Hersey -- por cierto, muy recomendable-- y justo en el asiento de enfrente había un chico leyendo su libro electrónico. No pude resistir la tentación de preguntarle su opinión como lector/usuario del formato digital.

Fue una conversación informal, propia de un encuentro casual, pero, me parecieron muy interesantes sus observaciones. Ante la pregunta de la comodidad de leer en una pantalla responde que: "Ha sido fácil, pues, la pantalla no emite luz y uno se acostumbra a cambiar de las páginas virtuales igual que si fueran de papel, aunque más lentamente y con pantallazo en negro". 

Me muestra el aparatejo, un lector del tamaño de un libro de bolsillo. Continúa diciendo que: "El principal problema del lector es el formato de los libros y si éste lo puede reproducir o no". A continuación, me mira y dice por 'lo bajito' que muchos de los libros se los baja de "pirateo", aunque suelen ser títulos descatalogados. Piensa, además, que los libreros han tardado mucho en incluir esta oferta,  que ahora "les viene grande".

Nuestro usuario/lector 2.0 tiene prisa, está próxima su parada, pero responde a una última pregunta: ¿Desaparecerán los libros en papel? Sonríe, dice que no rotundamente: "La diferencia de precio entre un libro en formato papel y uno digital a veces es de un par de euros".

Suena el timbre, se enciende el letrero situado sobre la cabeza del conductor, informando en letras rojas "Parada solicitada". Hemos llegado. Este desconocido se despide y baja del autobús. Veo como se aleja mientras guarda su Ebook en la mochila. Sentada continúo el trayecto hasta el Paseo del Parque, desdoblando la esquina de la página que me sirve de señal para continuar la lectura.

1 comentario:

Marina García dijo...

Me ha gustado el post. Yo me sigo resistiendo a ellos. Para mí en papel se siente la historia diferente (con todos (o casi) los sentidos: tacto, vista, olfato...). La verdad es que me pasa como a tí, siempre que voy en bus me fijo qué leen los que me rodean y cuando tienen un e-book me frustro ¡Es imposible saber qué devoran!. Hace no mucho leí en el suplemento de El País del New York Times un artículo interesante sobre eso, a ver si lo localizo. ¡Besos!

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